"A solas con mis notas, el corazón me late fuertemente y las lágrimas fluyen a raudales de mis ojos".
Giuseppe Verdi

martes, 28 de abril de 2009

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Un viaje musical




Durante el puente de San Jorge nos escapamos hasta Futuroscope y de paso visitamos un par de los famosos castillos del Loira.
El castillo de Chambord nos dio la oportunidad de imaginar cómo serían aquellos bailes de máscaras a los que los franceses eran tan aficionados en el Renacimiento y Barroco.

En unas grandes salas, unos maniquíes unos permitían hacernos a la idea de lo que debían de pesar esos trajes que impedían los libres movimientos del cuerpo; pudimos ver las cámaras privadas de los habitantes del castillo, lugares de las que toman su nombre las pequeñas agrupaciones vocales e instrumentales y cómo muchas de ellas tenían sus atriles dispuestos para que los músicos amenizaran la estancia de los habitantes del castillo; allí estaban los bustos de Moliére, dramaturgo francés que tiene la "culpa" de que el amarillo sea el color de la mala suerte en el mundo del teatro y de Lully, músico tristemente famoso por la absurda forma de morir que tuvo: mientras dirigía su orquesta se golpeó el pie con el bastón de madera con el que marcaba el compás, se le infectó la herida, se le gangrenó y como no consintió en que le cortaran la pierna, murió de una septicemia.
El castillo de Chenonceau fue propiedad en el S.XVIII de Madame Dupin, abuela de George Sand, pseudónimo masculino que utilizaba para publicar sus artículos Aurora Dupin, amante del gran pianista y compositor polaco Chopin. La gran relación que tenía con los grandes pensadores de la época (Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Diderot) salvó a Chenonceau de la destrucción durante la Revolución Francesa.
En Futuroscope la música fue la protagonista durante el espectáculo nocturno de luz y sonido. El hilo argumental del mismo fue la búsqueda desesperada de una nota azul, que concluyó en un descubrimiento "asombroso": la nota azul es la que todos llevamos dentro y que sólo sacamos cuando realmente nos emocionamos con la música. Parece que los creadores de este espectáculo no saben que las notas blue ("azules") son el tercer, quinto y séptimo grado de una escala reducidas un semitono para conseguir el aire melancólico que tiene el blues, uno de los estilos que originaron el jazz en Estados Unidos.
Como compensación a este pequeño desliz semántico-técnico-musical, lo mejor de esa parte de la noche fue comprobar cómo los alumnos del instituto identificaban con gran soltura los signos musicales de colores y los retratos de compositores que salían del agua y de esas nubes de vapor entre las fuentes. Si le añadimos que en varios casos acertaron títulos y autores de los fragmentos que sonaban en cada parte ... comprenderéis lo huecos que estábamos ciertos profesores de música. "Al menos se enteran de algo" - pensábamos algunos.
Música por todas partes durante el viaje. Quisiéramos o no.
Sobre todo en el autobús.
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sábado, 18 de abril de 2009

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La ocasión lo merecía



Las obras de excavación del canal de Suez se iniciaron oficialmente el 25 de abril de 1859, con la autorización de las autoridades egipcias de la época, y fue inaugurado en 1869.
Para la ocasión, el compositor Giuseppe Verdi compuso la ópera Aída; por este trabajo Verdi cobró una buena suma de dinero, que vino a reforzar su más que saneada economía.

Dado que el canal atravesaba territorio egipcio, Verdi eligió una historia ambientada en la época de los faraones: narra la historia de amor entre Aida, una princesa etíope, pero esclava en Egipto, y Radamés, militar egipcio y comandante de las fuerzas que ocuparon la tierra de Aida. A este amor se oponen Amonasro, padre de Aida, que exige venganza, y Amneris, hija del faraón, que también ama a Radamés.
Una de las partes instrumentales de la ópera (la Marcha Triunfal "Gloria all`Egitto" ) es frecuentemente usada por los aficionados en los estadios de fútbol como cántico.



Verdi empleó un estilo monumental: cuatro largos actos, coros, ballets y escenarios colosales. Por ello, la ópera no fue bien recibida en Italia, donde se prefería un estilo operístico más intimista y menos espectacular.


Otro ejemplo más de cómo la música no se puede perder ningún acontecimiento, aunque éste parezca de una naturaleza tan distinta a ella, incluso en el S.XIX, tan romántico él. Por si no tenéis muy claro dónde está el canal de Suez y su importancia para el comercio mundial aquí tenéis el mapa. Podéis comprobar que la ocasión merecía una buena ceremonia de inauguración. Más que una olimpiada.




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martes, 14 de abril de 2009

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Hace 250 años


Mientras George Friedich Händel dirigía su más famoso oratorio, El Mesías, se sintió mal. Después de acostarse esa noche, no volvió a despertar. Aquel Sábado Santo de hoy hace 250 años, murió uno de los mejores compositores de la historia; tanto, que aunque era alemán de nacimiento, los ingleses lo "adoptaron" (es habitual ver su apellido escrito Haendel), llegando a enterrarle con todos los honores en la abadía de Wetsmister, privilegio reservado a muy pocos."




Händel encontró en Inglaterra el ambiente propicio para poder vivir holgadamente de su música. Fue un magnífico empresario y dio al público inglés lo que demandaba. Sus óperas no encontraron allí el éxito por él esperado, pero se adaptó a las exigencias del público londinense y acertó. Los oratorios que Händel compuso en inglés cosecharon grandes éxitos, cosa que hoy nos puede resultar un poco rara. El oratorio es una forma musical religiosa con una estructura muy parecida a de la ópera, aunque cuenta una historia bíblica y no se escenifica. El Mesías es el oratorio que le catapultó a la fama en Inglaterra. Aparte del empleo del inglés para el texto, la principal novedad que introdujo fue su manera de emplear el coro: solemne, imponente, monumental, grandioso.El fragmento que acompaña esta entrada es el más popular coro de El Mesías. Intenta seguirlo mientras lees el texto. Y si te animas a traducirlo....

Hallelujah: for the Lord God Omnipotent reigneth.
The kingdom of this world is become the kingdom of our Lord,
and of His Christ; and He shall reign for ever and ever.
King of Kings, and Lord of Lords.
Hallelujah!

250 años de la muerte de uno de los más grandes. ¿Os acordáis del nombre del autor del aria "Lascia chio pianga" de la ópera Rinaldo, que pudimos disfrutar en la película Farinelli? Pues eso. Uno de los más grandes.
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jueves, 2 de abril de 2009

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¡¡¡Okavango!!!

La foto que tenéis a la izquierda es la imagen por satélite del delta del Okavango. Éste es un caso peculiar de delta, ya que el río después de recorrer una gran distancia desde Angola, no desemboca en el mar sino en una llanura en Botsuana. Allí, en medio una enorme extensión desértica, las manadas de elefantes que sobreviven a una dura travesía sin una gota de agua y con muchos enemigos acechándoles, pueden por fin beber y pasar una temporada viviendo en un entorno no tan hostil.
Los elefantes más débiles no sobreviven a la caminata; manadas de leones hambrientos les acosan por las noches, tormentas de arena les desorientan y les hacen perderse, la sed les abrasa... pero la elefanta más experimentada de la manada les guía hasta el agua y se zambullen en ella con una alegría indescriptible.
A los pequeños del instituto les suena mucho "Okavango", porque tocamos en clase una pieza con ese título. Como Don Djembé, tiene aire africano: tambores, nativos cantando,... y mucha alegría. Si hubieséis contemplado alguna vez las imágenes de unos elefantitos locos de contento chapoteando en el delta después de zambullirse en el agua casi al borde de la muerte, estoy segura de que los veríais cada vez que sonara esta pieza.
Para que practiquéis en casa os pongo las dos versiones (ya sabéis: con y sin). Y cuando os la sepáis de memoria y podáis tocarla con los ojos cerrados a lo mejor podéis ver esa manada de elefantes que se acerca o este maravilloso atardecer en el delta...







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