"A solas con mis notas, el corazón me late fuertemente y las lágrimas fluyen a raudales de mis ojos".
Giuseppe Verdi

jueves, 29 de octubre de 2009

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Un cementerio poco serio...

La popular fiesta de Halloween tiene su origen en antiguas costumbres celtas. Halloween era la última noche del año y se consideraba un momento propicio para examinar los presagios del futuro. Los druidas (sacerdotes celtas) encendían grandes hogueras, para rechazar a todos los espíritus malignos, que visitaban esa noche a los mortales.
Se suponí­a que los espí­ritus podí­an salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí­ viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la ví­spera de Todos los Santos.
La tradición celta de encender hogueras en Halloween sobrevivió hasta épocas modernas en Escocia y Gales, y el concepto de fantasmas y brujas sigue siendo común en todas las celebraciones de Halloween. Los romanos, tras conquistar Gran Bretaña, añadieron a Halloween elementos de la fiesta de la cosecha celebrada el 1 de noviembre en honor a Pomona, diosa de los frutos y los árboles. Restos de la fiesta romana de la cosecha sobreviven en la costumbre, habitual en Estados Unidos y Gran Bretaña, de hacer juegos utilizando fruta, como sacar manzanas de un cubo de agua. En algunas partes de Galicia, se conserva la tradición de la calabaza encendida, se cuecen castañas con anís para que las ánimas del purgatorio y otros espectros se alimenten y se encienden pequeñas velas que flotan dentro de cuencos de agua y aceite. Cuando estas velas se han consumido se sabe que un ánima del purgatorio ha alcanzado por fin la luz.

En Todos los Santos, el mundo cristiano recuerda a sus muertos, para ayudarles a salir del Purgatorio y alcanzar el descanso eterno. Son muchas las costumbres rituales de la víspera de Todos los Santos; en España la más literaria es la de asistir a la representación de Don Juan Tenorio. Una parte de la obra está ambientada precisamente en la Noche de Difuntos y se ha convertido en tradición repetirla cada año en esta fecha.

No sé si recordaréis que el curso pasado por estas fechas escribí una historia sobre una bruja a la que no gustaba la música. El conjuro hizo su efecto y la bruja desapareció. Para celebrarlo, en vez de oir una música siniestra que evoque fantasmas y espíritus malignos, vamos a escuchar una canción que nos habla del divertido "día a día" de los muertos de un cementerio. ¿Os suena Mecano?

Adiós, bruja. Y no vuelvas.


1 comentario:

  1. OOOOOO
    me encanta esta canción!!!
    es la mejor!!!
    entre flores...de colores....XD

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